lunes, 23 de abril de 2012

Mapas de distribución.

Los mapas de distribución son planos donde los arqueólogos podemos situar los yacimientos que nos interesen por las razones que nos interesen. Por ejemplo, si quisieramos estudiar los la jerarquía de los poblados de la cuenca del río Ebro durante el periodo de romanización obtendríamos como resultado un conjunto de puntos geolocalizados.

Las ventaja de este sistema es que se abre la posibilidad de la cuantificación, de tal manera que podríamos asociar a esta serie de puntos unas variables numéricas, tales como la altitud, la extensión, el número estimado de personas que podrían vivir en dichos poblados, o cualquier otra variable que nos pareciese oportuna. Dado que los SIG, como ya expliqué en otro post, nos permite reflejar propiedades cualitativas de los elementos cartografiados, podemos también, reflejar dicha información en nuestra base de datos; y así poder trabajar topológicamente con esta información. Para esto una herramienta muy útil son las Bases de Datos espaciales, ya que en ellas podemos asociar todo tipo de información, tanto cualitativa como cuantitativa.

Pero este sistema de cartografiado de los yacimientos no está exento de problemática, ya que el paso del tiempo ha acabado con muchos hábitat, de tal manera, que en nuestros mapas de distribución (salvo en excepciones), siempre tendrán vacíos, huecos en blanco de los que carezcamos de información.

Otro de los problemas con los que nos podemos enfrentar a la hora de crear este tipo de mapas es el propio trabajo de campo, ya que con el devenir del tiempo la forma de recoger información in situ ha variado de acuerdo con los objetivos de investigación vigentes en cada época e investigador. Volviendo al ejemplo de la cuenca del Ebro, podríamos encontrarnos con que la información obtenida durante la campaña de prospecciones realizada hace años no sea de nuestro agrado, ya que los datos que se obtuvieron en su momento fueron seleccionados de acuerdo con los objetivos del director de la campaña en cuestión.

Pero ¿solamente podríamos representar yacimientos en mapas de distribución? La respuesta es no. No solamente podemos representar yacimientos, también podemos representar artefactos. Y poder así estudiar las distribuciones de los mismos a un nivel micro e intentar detectar algún patrón que nos indicara la distribución de los espacios del yacimiento.

Como vemos, los mapas de distribución no solamente se aplican a un nivel macro, (estudio de regiones enteras), si no también a un nivel micro (estudio dentro de los propios yacimientos).

Espero haber arrojado algo de luz sobre el concepto. Ya sabéis, para cualquier sugerencia, puntualización o lo que sea tenéis los comentarios abierto.

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